Trabajo por la conservación de las razas autóctonas en peligro de extinción y por otras formas de producción sostenibles.
Cuando tenías 16-17 años, ¿qué querías ser de mayor?
Veterinaria de campo. Desde pequeña lo tenía claro.
Cual era tu experiencia escolar. Que asignaturas te gustaban más? Que intereses tenias?
Pues que todas las asignaturas de ciencias se me daban regular y sobresalía mucho en letras, donde tenía muy buenas notas. Me encantaba leer y escribir. Pero aunque me costaran las ciencias, yo quería ser veterinaria porque era lo único claro que tenía desde pequeña y lo que me entusiasmaba de verdad.
¿Cuál era tu percepción del éxito? ¿Como elegiste y por qué? ¿Tenías una persona de inspiración o influencia que te ayudó a tomar la decisión?
No lo entendía cómo éxito, lo único que tenía claro era que quería trabajar al aire libre, en el campo, con animales y ganaderos y pastores.
Sí, mi abuelo y mi padre, ambos veterinarios. Fueron los que me inculcaron el amor por el campo y a la profesión. Pero no puedo olvidar a mi madre, ama de casa. Sin ella y sin su trabajo (como tantas mujeres que están en el ámbito de lo doméstico y su trabajo no se visibiliza ni se reconoce) no estaría aquí.
Tu trayectoria profesional desde la universidad? Lo tenias claro?
Sí, sabía cómo quería trabajar y en qué lugar. Ya en la universidad en verano me iba de prácticas con veterinarias de la asociación en la que estuve trabajando nada más salir de la universidad hasta hace un año.
Siempre escribí y me llevé un fiasco cuando en la universidad se hacía cada vez más fuerte esa separación entre letras y ciencias. Recuerdo un profesor riéndose en la clase porque yo siempre llevaba libros encima para leer en los descansos y en la biblioteca y cogió el libro y delante de todos soltó: “No sé cómo tienes tiempo para leer con todo lo que tienes que estudiar”. Pero siempre he sacado tiempo para ello, para la lectura y la escritura. Escribo en los huequitos entre trabajo y trabajo, por las noches, los findes… y soy la misma. No hay diferencia entre la María que escribe y la María que trabaja como veterinaria.
Ahora, con la edad que tienes, ¿Crees que podrías haber hecho otra cosa o haber sido bueno en algo diferente? Dada otra vida, ¿elegirías otro camino?
No. Sí, quizás, habría sacado más partido de la universidad y de todo lo que me ofrecía.
En un mundo sin dinero… Si pudieras ser lo que quisieras, ¿qué harías?
Pues haría lo mismo que hago ahora. Mi proyecto de futuro es producir alimentos y tener mi propio proyecto agroecológico. También seguiría escribiendo, claro. En ese mundo paralelo que propones, haría lo mismo.
Crees que necesitabas el camino para llegar donde estas ahora?
Sí, por supuesto. Creo que nada de lo que se aprende o las cosas en las que una se equivoca no son prescindibles. Forman parte de lo que somos ahora.
¿Qué es el éxito? ¿Qué es el fracaso?
No pienso mucho en ellos. Podría entender el “éxito” por trabajar en lo que me gusta. Soy una afortunada, creo que no puedo hablar de fracaso, y menos en los tiempos de pandemia e incertidumbre que nos atraviesan. Tengo un trabajo con condiciones dignas y me gusta lo que hago.
¿A qué te dedicas en la práctica profesional? En tu opinión, ¿tu trabajo a diario tiene un impacto?
A ayudar a que las razas autóctonas en peligro de extinción y las personas que las crian y trabajan con ellas y los territorios que surgen de la unión de ambos, no desaparezcan.
No sé si tiene un impacto, no pienso en ello. Me centro en hacer lo posible para ayudar a estas asociaciones y dar a conocer estos animales y su trabajo. También por defender estos sistemas de alto valor ambiental que conservan nuestros paisajes y nuestra biodiversidad.
Que es lo mejor de tu trabajo? Y lo peor?
Lo mejor, es poder trabajar en lo que creo. Algunas veces, llevo regular cuando se suman demasiados días de papeleo y oficina, pero nada malo.
El punto de partida (tu familia/ educación etc) y la suerte en el éxito personal/ profesional? Crees que has tenido la suerte de llegar a ser lo que eres profesionalmente?
Muchísima, claro. Como te decía antes, yo me considero una privilegiada. He tenido la suerte de tener una familia que me apoya y de poder trabajar en lo que creo y defiendo rodeada de compañeros y compañeras que me valoran y me cuidan.
Nuestras elecciones de carrera:¿Cómo tomar esta decisión? ¿Qué consejo le darías a un/una jóven de 14-16 años?
Pues creo que debemos de intentar no dejarnos llevar por este día a día hasta arriba de inmediatez y de presión. Pensar, probar las cosas que a una le gusta o le atraen, no temer miedo a equivocarnos.
Les diría lo mismo que les he dicho durante cinco años a las alumnas de veterinaria que hacían prácticas de campo conmigo en la asociación:
Nunca dejen sus aficiones y que no tengan miedo a probar, y ninguna vergüenza para acompañar y preguntar a la gente que hace el trabajo que a ellas les gustaría desempeñar.
Entrevista con María Sánchez, veterinaria del campo & escritora. Colabora habitualmente en radio, medios digitales y de papel sobre literatura, feminismo, ganadería extensiva y cultura y medio rural. Coordina el proyecto Las entrañas del texto, desde el que invita a reflexionar sobre el proceso de creación, y Almáciga, un semillero abierto y colectivo de palabras de nuestros medios rurales de las diferentes lenguas de nuestro territorio. Sus poemas han sido traducidos al portugués, inglés, francés, rumano y polaco. Más en su web: https://maria-sanchez.es