Soy ecólogo traslacional. Aplico los principios y conocimientos de la ecología a una gran variedad de disciplinas del conocimiento. Esto incluye desde la lucha contra cambio climático hasta el estudio de las lenguas, pasando por comprender la despoblación rural o entender conflictos armados.


¿Cuál es tus personalidades perdominantes?

PENSADOR. CREADOR. PERSUASOR


Cuando tenías 16-17 años, ¿qué querías ser de mayor?

Quería ser biólogo de campo, pero aunque me gustaban los animales también me gustaban mucho las plantas y los paisajes. El ecólogo lo llevaba ya adentro.


Cual era tu experiencia escolar. Que asignaturas te gustaban más? Que intereses tenias?

Tenía intereses muy variados. La biología, la química y el dibujo técnico me gustaban mucho, pero también la historia, la lengua, la filosofía y los idiomas. Sí tenía claro mi interés por el medio ambiente.


¿Cuál era tu percepción del éxito? ¿Como elegiste y por qué? ¿Tenías una persona de inspiración o influencia que te ayudó a tomar la decisión?

Para mí el éxito era ser capaz de vivir de lo que me gustaba, ya que biología entonces era la carrera que peor fama tenía para obtener un empleo. La elegí un poco por convicción y un poco por cabezonería, y supongo que la persona que más me inspiró fue Félix Rodríguez de la Fuente, cuyos documentales inspiraron a muchos biólogos de mi generación y la generación anterior a la mía.

En cualquier caso, en mi familia siempre me repitieron que podría dedicarme a lo que me gustaba siempre que tuviera claro que requería esforzarme mucho.

Mis padres me alertaron de que la biología no era el único camino y que podía haber estudiado otras carreras que me podían haber interesado, como veterinaria, ingeniería de montes o agrónomos, o ciencias ambientales. Como veía claro que me quería dedicar a la investigación, opté por la biología.


Tu trayectoria profesional desde la universidad? Lo tenias claro?

En la universidad pensaba que iba a tener una dedicación más exclusiva a las temáticas que se estudiaban, porque no se hablaba de la aplicabilidad que tenían en otros campos. Además, como iba teniendo suficiente expediente y quería dedicarme a investigar, me parecía que tenía buenos números para seguir la típica trayectoria de becario a profesor precario y luego más consolidado. Conseguí una beca para hacer la tesis doctoral y parecía todo bastante encarrilado.

Sin embargo, mi interés por otras temáticas hizo que cuando se acabó mi financiación doctoral no me encerrara unos meses en casa de mi familia como ha hecho tanta gente. Acepté las primeras ocasiones que se me presentaron, tanto en proyectos de cooperación al desarrollo como en el campo de la consultoría ambiental.

Aunque nunca perdí el contacto con el mundo académico ni el interés en volver a él, he estado casi quince años trabajando en esas otras temáticas, en otros países y continentes. Eso es algo que desde luego no esperaba en absoluto durante mi formación, pero que también me ha permitido forjar un perfil profesional en el que integro conocimiento de otras áreas, como la antropología, la economía o la sociología.

El haber trabajado en el campo tanto en países desarrollados como en otros en vías de desarrollo me permite además tener un buen conocimiento de temas a nivel global. Eso me resulta muy positivo, porque precisamente son las cuestiones más globales las que más me interesan.

Países en los que he vivido…
– España
– Alemania
– Argentina
– Nueva Zelanda
– EEUU
– Japón
– Bosnia y Herzegovina
– Kenia
– Italia
– Bélgica

Y ahora técnicamente soy residente en Finlandia…. y a la India he ido tantas veces y me he integrado tanto allí jajajajaja que la podriamos añadir a la lista.

ecologo


Ahora, con la edad que tienes, ¿Crees que podrías haber hecho otra cosa o haber sido bueno en algo diferente? Dada otra vida, ¿elegirías otro camino? 

No, lo repetiría tal y como ha sido. El salir de las vías habituales y dedicar un número significativo de años y de experiencia a actividades fuera de la ciencia me ha hecho una persona más abierta en lo personal, pero también en lo profesional. Y eso es un elemento tremendamente positivo.

Por otra parte, mis intereses a la hora de estudiar me habrían hecho difícil seguir un itinerario parecido por las ciencias económicas o por la ingeniería, fundamentalmente por el tipo de matemáticas que se manejan. La estadística y la probabilidad siempre ha sido la rama de las matemáticas que me ha interesado más, y es la que más se usa en ecología. Pese a que en general las matemáticas no se me daban mal en secundaria, el tipo de lenguaje matemático que se usa habitualmente en economía, por ejemplo, me aburre y me hace desconectar. Incluso pese a que los conceptos que se manejan sí me resultan muy interesantes. Es probable que hubiera tenido problemas para avanzar académicamente.

En perspectiva, tal vez la única opción académica que consideraría es la geografía. Los geógrafos sí tienen unos intereses y orientaciones muy parecidos a las cuestiones que a mí siempre me han interesado. Pero se hace menos hincapié en el aspecto estadístico que es muy importante en ecología y que me gusta mucho, así que… la verdad es que creo que estoy donde quiero estar.


En un mundo sin dinero… Si pudieras ser lo que quisieras, ¿qué harías para llenar tu día?

Haría algo muy parecido a lo que hago hoy, aunque definitivamente no buscaría financiación, que es probablemente el aspecto que me gusta menos de mi vida laboral.


Que es lo mejor de tu trabajo? Y lo peor?

Lo mejor de la ciencia es sentir que se exploran los límites del conocimiento humano. Poner el pie en un sitio por primera vez. Lo mejor de la ciencia aplicada es sentir que, con eso, pones tu granito para un mundo mejor.

Lo peor es la incomprensión por parte de la sociedad, que no sólo dedica muchos más recursos a cosas que tienen menos capacidad de mejorar el mundo, sino que directamente nos suele mirar como freaks. Lo peor de eso es un nivel de financiación muy por debajo de lo que sería deseable, sobre todo para investigación no dirigida a cuestiones sanitarias. Eso causa frustración de no poder llevar a cabo proyectos bonitos e importantes, y mucha sobrecarga de papeleo.

Y luego hay algo que es a la vez lo peor y lo mejor. Es un campo que muchos vivimos con pasión, lo cual nos llena mucho pero también nos resulta muy absorbente, y nos dificulta tener tiempo y energía para dedicarle a otras cosas importantes de la vida que tienen que ver con el ocio o la vida familiar.


¿Que es lo que haces a diario en tu trabajo? ¿Te hace sentir realizado?

El trabajo del día a día consiste de forma mayoritaria en actividades de planificación y de gestión, necesarias para hacer operativa la investigación pero más aburridas.

Lo que sí hago a diario, aunque no escriba cada día sobre ello, es plantearme grandes cuestiones que requieren un pensamiento muy creativo, que orientan mi investigación y que creo que pueden conducir a un mundo mejor. Eso me hace sentir tremendamente realizado.

Otro aspecto que valoro del método científico es que es una autentica vacuna contra la soberbia. Los trabajos científicos, en el proceso de publicación, son revisados por otros científicos encargados de examinar su robustez: básicamente, se trata de intentar tirarlos al suelo. Es un proceso que le resulta desagradable y agotador a muchos colegas, pero que yo personalmente valoro mucho porque nos pone los pies en el suelo.


¿Qué es el éxito? ¿Qué es el fracaso?

El éxito o el fracaso son cuestiones muy personales que en mi experiencia cada persona vive de forma muy diferente. Para alguna gente (entre la que me incluyo) la creatividad supone una fuente tremenda de satisfacción, mientras que para otra mucha supone un proceso agotador.

Lo importante es saber que en el mundo hay sitio para todo el mundo.

Creo que el éxito es encontrar nuestro lugar en el mundo. Puede ser en la cresta de la ola, pero también puede ser en aguas más tranquilas. Y hay mucha gente a la que le convencen de que tiene que estar en plena cresta aunque no les vaya nada, y acaben con sensación de fracaso, bien porque no lleguen, bien porque llegan y no están cómodos. Así que me parece fundamental conocerse a sí mismo y no tener miedo de hacerlo.


Nuestras elecciones de carrera:¿Cómo tomar esta decisión? ¿Qué consejo le darías a un/una joven de 14-16 años?

En mi experiencia, creo que la elección de carrera no es tan determinante sobre lo que va a ser nuestra dedicación profesional, pues hay infinidad de caminos para llegar a esta última. Yo aconsejo a la gente joven que elija los estudios que más curiosidad les despierten y que se ajusten más a sus habilidades, pero sin perder de vista que no es un camino definitivo.

Siempre hay oportunidad de reinventarse y reciclarse, y lo mejor de todo es que puede ser muy divertido y ayuda a afinar más a la hora de conocer lo que uno realmente quiere.


Entrevista a: Pablo Manzano Baena, ecólogo translacional